martes, 20 de mayo de 2014

El aprendizaje fuera del aula, más divertido que la escuela.
Beatriz Olivares
@alexas1

El día de hoy, me tope con dos entradas de blog de colegas (Alberto del Mazo y Débora Kozak), que me han llegado como anillo al dedo, dirán por ahí, y es que desde hace varias semanas, me ha dado vueltas por la cabeza el tema, del cómo podemos lograr que ese aprendizaje "invisible" que muchos niños y jóvenes desarrollan fuera del aula, se puedan combinar para lograr un aprendizaje dentro de las escuelas, considerando que los estudiantes fuera del colegio, aprenden de una manera mucho más divertida, se interesan, incluso se ponen retos para lograr ciertas competencias, dejan de lado la televisión y le invierten su atención a algo que han encontrado en internet y que les resulta interesante.

Tengo que decir que muchos colegas docentes, se quejan o nos quejamos de que los alumnos, no prestan atención, no saben aplicar lo que aprenden en situaciones prácticas, no son creativos y mucho menos críticos o reflexivos. Nos quejamos que parecen ser sólo zombies que repiten, que tratan de memorizar y aprenden en cierta medida sólo para aprobar una asignatura, y por ende no hay interés en sus proyectos. Esta situación es confirmada por pruebas como ENLACE en el caso de México, u otras a nivel internacional como PISA, donde se establece que los alumnos no tienen desarrolladas ciertas competencias prácticas, no en vano estamos reprobadísimos en matemáticas. En el caso de los estudiantes mexicanos, durante sus años escolares tienen un nivel bajísimo en comprensión lectora, porque no se concentran, no son críticos ni analíticos. Es precisamente en este punto, cuando me pregunto  ¿porqué los estudiantes si muestran esas competencias cuando se trata de aprendizaje informal?

Alberto del Mazo y Débora Kozak, dentro sus blogs reflexionan sobre esta situación y ponen dos ejemplos que me parecen sensacionales y que nos llevan a la reflexión sobre el aprendizaje informal: Alberto habla sobre la moda que existe entre sus estudiantes en crear pulseras de gomitas (ligas) y comenta que ha percibido un gran interés en sus alumnos por tejer pulseras cada vez más complejas, situación que en lo personal he vivido muy de cerca. En mi caso, en la escuela donde estudia mi  hija de 7 años, se han puesto muy de moda las pulseras de gomitas y mi pequeña a su escasa edad, está fascinada y pasa horas tejiendo sus pulseras, he podido ver con asombro y a la vez alegría como se dedica a buscar tutoriales en youtube para hacer sus creaciones, al principio sólo buscaba en español y me pedía ayuda, ahora, no le importa el idioma, ya que se ha dado cuenta que con sólo ver, puede lograr su objetivo. Así que da lo mismo que sea en inglés o en alemán, pero si le interesan los que no usan "cámara rápida" (término que aprendió gracias a youtube), pues dice que es un poco lenta y no le gusta tener que poner pausa constantemente.
Cada día que pasa, desarrolla diseños mucho más complejos y curiosamente lo aprende de otros niños, quienes tienen sus tutoriales en youtube y ha pensando en la posibilidad de grabar uno, para que sus primas aprendan a tejer pulseras.

A qué voy con todo esto, bueno a que reflexionemos en que los niños y jóvenes si se interesan en aprender, pueden ser autodidactas, desarrollar la capacidad de concentración y reflexión, se vuelven incluso discriminadores de información, potencializan sus competencias digitales, de comunicación, lingüística, entre otras. Pero por qué lo logran cuando se trata de aprendizaje no formal, por qué en las aulas es distinto. Me parece que la respuesta la tenemos todos, porque en la escuela lo que aprenden no está cerca de su realidad, no se plasma de tal forma, que sea tan interesante como lo que ven en internet, no se vuelve un reto, como crear pulseras de gomita cada vez más complejas, no se incentiva a crear un videotutorial para enseñar a otros, no se da libertad para aprender. 

“¡Si la escuela fuera interesante como Internet yo sería un traga!”, dice un chico de 13 años a Débora Kozak, quien habla de la necesidad de cambiar la escuela, de romper con su estructura que pareciera estar completamente ajena a la vida social, dejar por completo el aprendizaje memorístico, y la premisa de que lo más importante es lograr cubrir con ciertos contenidos que han sido establecidos por la burocracia magisterial.

Me parece fundamental que como docentes, rompamos paradigmas de la vieja escuela, que nos esforcemos por lograr que el aula se parezca más a la vida cotidiana, como lo hacía Freinet con es escuela en Vence, donde no había paredes, y las pocas que había estaban tapizadas con los trabajos de sus alumnos que gustaban por experimentar y aprender de manera vivencial.
Sin duda es un gran reto, pero me encanta pensar que así como mi hija y seguramente muchos niños y jóvenes que están fascinados con sus pulseras de gomitas, trasladaran esa emoción por aprender a su escuela, esa que se parece más a internet, que es más divertida y por lo tanto más querida por el estudiante, esa que ha sido transformada gracias a docentes que como tú, hoy me leen.

Les dejo la entrada de los blogs tanto de Débora como de Alberto
http://queduquequeducuando.blogspot.com.es/2014/04/tienen-los-adolescentes-espanoles.html
http://pensarlaescuela.wordpress.com/2014/04/25/si-la-escuela-fuera-interesante-como-internet-yo-seria-un-traga/






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